jueves, 17 de diciembre de 2009

Al maestro, con cariño

"Canto que ha sido valiente,
siempre será canción nueva..." (Víctor Jara)


El pasado sábado(5-12-09), en una multitudinaria despedida, fue sepultado, por segunda vez el gran Victor Jara. A diferencia de su primer sepelio, esta vez fue el pueblo que le brindó una calurosa despedida. Dueñas de casa, trabajadores, ancianos, niños; portando flores y canto. En esta ocasión no hubieron cobardes fusiles, en manos de "valientes soldados".

Sería reiterativo comentar la vida de este trovador universal, director de teatro, Profesor, compañero, amigo. Sería redundante mencionar la enorme influencia de Jara en las actuales y futuras generaciones. Su música comprometida, con olor a tierra fértil, desbordante de sentimiento, franco y sincero. Canto valiente que aun retúmba en nuestras conciencias. Como un gran sismo que remueve al ser humano, en su infatigable lucha por un mundo más justo. Más honesto y humano. Por un derecho a vivir en paz.

No recuerdo cuando escuché por primera vez a Víctor. Aunque la canción del niño "Luchin", pareciera ser otra pieza fundamental en la banda sonora de mi insignificante vida. Hermosa obra que habla sobre un infante pobre. Que vive en un campamento, rodeado de barro, con el frío penetrando por sus huesos. Que juega, como todos los niños, con una pelota y un caballo. Pero con la ilusión de que algún dia, ese mismo menor, va a poder dirigir una fábrica. O tal vez va atender en un hospital. O impartir clases en algún colegio. Un lindo sueño, que aspiró a derribar ese maldito y reiterativo paradigma : la desigualdad nace desde la cuna.

Llámenlo utopía. Solo hago uso de mi derecho a delirio.

Mientras el ataúd de Jara, cruzaba el Rio Mapocho hacia el lugar de su descanso eterno; se podían distinguir a cientos de niños "luchin". Sus humildes semblantes hacen que el canto de Víctor esté más presente que nunca.